"Algunos de los antiguos pueblos prerromanos tenían el nombre de una importante ciudad de su territorio: los oretanos a Oretom, los edetanos a Edeta, los lobetanos a Lobeton (¿Olcades?), los indiketes a Indika, los mastienos a Mastia, etc. En lengua celta, olk es lobo y una de las palabras para vega es Olca. Los de la vega o los del lobo se llamarían Olcades.
Vamos a imaginar, en la ficción de la posterior narración, que los olcades tenían una ciudad que alude a su nombre; la llamaremos “Olkala”
Cuando Kart-ala es destruida, los olcades fundan una nueva ciudad a pocos kilómetros de la primera, Olkala; pero en un lugar más escarpado e inaccesible.
En este contexto que se sitúa el relato, es donde por las circunstancias de la guerra surge Vanidia, una mujer luchadora como otras muchas de su tiempo, que de repente se encuentra convertida en viuda, con la economía rota y la familia deshecha. A su alrededor una sociedad exiliada en busca de apoyo moral y económico, que la elige como su jefe por su carácter y conducta personal heredada de un linaje del que se siente orgullosa. Una sociedad que Vanidia, debe liderar para sobrevivir.
Bajo su oligárquica y organizada jefatura de los clanes de pastores de ovejas, Vanidia aporta en el entorno social de los olcades esperanza y dignidad.
A los relatos de este libro, basados en los hechos históricos entre olcades y cartagineses descritos por Polibio y Tito Livio, he añadido a los habitantes de los alrededores del río Cabriel: los ikalanos de Ikalumsken.
Los hechos están narrados de manera novelada, con la descripción de la vida en cortos retratos del linaje de dos clanes, cuyas historias transcurren paralelas para terminar juntándose en uno: el clan ikalano de Indortes y Baisetast, de gente libre y digna, con pocos recursos, que suele trabajar al servicio de otros. El olcade de Vanidia, orgulloso de su noble linaje y riqueza, del que ella al mismo tiempo que recibe la jefatura de su clan es elegida “princeps” (jefe máximo) de los olcades."
J. Vicente Navarro